martes, 17 de noviembre de 2009

17 de Noviembre: Feliz Dia de la Militancia


El 15 de noviembre de 1972, el general Perón desde Roma, Italia, aún en el exilio, dirigía un nuevo mensaje al pueblo argentino. Eran los prolegómenos de su historico regreso, y decía entre otros conceptos: “El objetivo de mi viaje, como ya he hecho presente en otras oportunidades, es llevar una palabra de paz, tan indispensable en estos momentos para la nación Argentina que todavía no ha cicatrizado bien las heridas de una lucha que ha producido tanto mal a mi país”.
Se anuncia que a la mañana siguiente, en la catedral de San Pedro, la comitiva ofrecería una misa de acción de gracias concelebrada por los sacerdotes Vernazza yMugica. En Argentina, el 16 de noviembre de 1972, el gobierno de facto del general Lanusse desplegaba una gran cantidad de efectivos militares en torno al aeropuerto de Ezeiza, intentando contener a los miles de militantes que –a pesar del tremendo operativo militar desplegado- consiguen cruzar el río Matanza bajo una fuerte lluvia.
Esa noche, el DC-8 “Giuseppe Verdi” de Alitalia, partía desde Roma con 154 pasajeros con destino Dakar-Buenos Aires.
El 17 de noviembre de 1972 a las 11.20 hs., quince horas después de la partida, el DC-8 aterrizaba en suelo argentino. Dicen que existió un “plan B” para resguardar la seguridad sobre todo del viajero principal, y que pretextando razones técnicas se desviaría el avión para aterrizar en Carrasco, Uruguay, pues cualquier hipótesis sobre el destino del vuelo, eran posibles Pero al viejo general “le dio el cuero.
Le había hecho la guerra a los dictadores con un grabador Geloso y una máquina de escribir. Cuenta Bonasso en su libro “El Presidente que no fue”, que el comisario de a bordo sugirió que si las condiciones de seguridad eran consideradas inadecuadas por el general, podían aterrizar en la República Oriental.
Las frases finales del dialogo aquel son imperdibles: “Juan Domingo Perón: ¿A qué hora está prevista nuestra llegada a Ezeiza? “A las 11, hora argentina”. “Dígale al comandante que el general Perón le encarece sea puntual. Ya hace muchos años que el pueblo espera…”.
Así volvió el líder una mañana lluviosa y fue mucho más que la alegría demorada 17 años: fue la unidad total de los trabajadores y el pueblo, el aislamiento de la dictadura, el resultado de la lucha y la movilización popular, de consignas claras y proyectos trascendentes.
Era la materialización del “Perón Vuelve”, esperanza de la victoria que se escribía a los apurones y amanecía en cualquier pared, en cualquier esquina de la patria.

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